Ante el aumento de ataques islamistas en suelo
occidental, el cardenal Raymond Burke, patrono de la Soberana Orden de Malta,
ha advertido que el Islam «quiere gobernar el mundo» y ha hecho un llamamiento
a las naciones occidentales a reafirmar su origen cristiano para frenar su
avance.
(La
Gaceta) En declaraciones a Religion News Service, previas al atentado de ayer en Francia, el cardenal Burke ha criticado a quienes, con el
buen propósito de ser tolerantes, tienden a pensar que el Islam es una religión como
la fe católica o la fe judía, sin comprender que el Islam es «fundamentalmente una
forma de gobierno».
«El Islam es una religión que, según su propia
interpretación, también debe convertirse en el Estado», explica Burke en
su libro Esperanza para el mundo. La diferencia entre Islam y
cristianismo radica en que la primera tiene una clara ambición de
gobernar, según este cardenal.
«Cuando
se convierten en una mayoría en cualquier país, entonces tienen la obligación
religiosa de gobernar ese país», ha sostenido este
cardenal, al tiempo que ha defendido que si lo que quieren los ciudadanos occidentales es ser gobernados
por musulmanes, sólo deben continuar actuando como lo han hecho hasta
el momento.
Burke también ha señalado el grave problema que
afrontan países
como Bélgica o Francia, donde «hay pequeños estados musulmanes» que constituyen
zonas prohibidas para las autoridades gubernamentales. Ha
advertido, además, que quienes no estén de acuerdo con ser sometidos por un
gobierno islámico, tienen razones para tener miedo ante esta perspectiva.
Asimismo, este cardenal ha hecho referencia a
enfrentamientos históricos como la batalla de Lepanto y la batalla de Viena, en
los que las
naciones cristianas lograron derrotar a las fuerzas musulmanas. «Estos
hechos históricos se relacionan directamente con la situación de hoy en
día. No hay duda de que el Islam quiere gobernar el
mundo», ha reflexionado Burke.
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